En tiempos pasados en una aldea china, un joven que había tenido la desgracia de perder a su padre, cuando apenas contaba con cuatro años de edad, deseaba prepararse para los exámenes; pero él y su madre vivían miserablemente y ella no podía comprarle papel, plumas y tinta.
El muchacho se sintió muy preocupado por esta situación y durante algún tiempo no supo que hacer. Sin poder escribir, no podía estudiar, y ¿Cómo podría escribir faltándole papel?
Pero el joven demostró bien pronto que, cuando hay voluntad, no se tarda en encontrar una solución. El muchacho vivía cerca de la costa, y, bajando a la playa con una rama de árbol, resolvió el problema al trazar sobre la arena las palabras que, de haber podido, hubiera trazado sobre el papel.
No dejemos que las necesidades, quebrante nuestra voluntad
de realizar nuestros objetivos en la vida.